lunes, 11 de mayo de 2009

TACUAREMBÓ NO LOGRA GANAR DE LOCAL, AÚN ASI RESPIRÓ EN EL DESCENSO


Tacuarembó y Rampla empataron 2 a 2 en un apasionante partido jugado de dientes apretados. El local con la obligación de ganar para tratar de zafar en la zona baja de la tabla no pudo contra el pica piedra que se llevó un empate casi sin merecerlo.

Tras un comienzo en el cual Rampla sorprendió abriendo el marcador de la mano de Álvaro Alonso en un tiro libre a los dos minutos con un remate fuerte contra el palo derecho de Álvaro García. Tacuarembó parecía dormido, pero tras despertarse en un desborde de Baltasar Silva que jugó casi como un tercer delantero, elevó un centro que Hamilton Pereira conectó de cabeza para empatar. A partir de ahí el local se adueñó de la pelota y comenzó a jugar por las puntas y tras otro desborde de Silva, Maureen Franco a los 35’ definió con calidad de rabona ante la salida de Vikonis para poner en ventaja al local e irse al descanso 2 a 1.

Comenzada la segunda parte, parecía que el local iba a pasar por arriba a su rival, más aún con el ingreso de Jonathan Ramírez que le dio mayor velocidad por izquierda con desbordes incontrolables para la defensa capitalina. Y fue que tras un desborde de Ramírez y un reclamo de penal contra el delantero surgió un contragolpe letal que terminó en penal para Rampla. Transcurrían 68’ y Julián Perujo empató el partido de penal y así congelar al local que no tuvo mayor reacción luego del empate.

A partir de ahí se tornó de hacha y tiza el partido con un total de ocho amonestados y un expulsado. Ninguno de los equipos daba la pelota por perdida, hubo tranques, forcejeos e incluso alguna discusión entre los rivales que terminó en una con tres amonestados a los 70’ y en la última con Ferreira expulsado en Rampla a los 90’ de juego.

Con el 2 a 2 los dos equipos continúan en la zona baja del Clausura y Tacuarembó comprometido con el descenso, con tres partidos, entre ellos el clásico ante Cerro Largo en el Goyenola, cotejo que ya tiene su repercusión a falta de dos semanas en la hinchada e incluso en el plantel de futbolistas.

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