ORGANIZADORES DE PICADAS QUIEREN PISTA DE 700 METROS

Con menos corredores de los esperados se desarrolló la primera experiencia de picadas de motos “organizadas” en Tacuarembó. Se inscribieron alrededores de 50 competidores cuando se esperaban entre 150 y 400. Para correr nuevamente deberán esperar seguramente tres semanas. El próximo domingo hay un Raid Hípico en el Parque Batlle y la otra semana una nueva fecha del campeonato nacional de Súper Chevettes.
Muchos de los que habitualmente corren en la ruta y en la ciudad vieron las carreras desde afuera para apreciar de qué se trata la idea y cuál era el control que se iba a efectuar sobre ellos. El miedo reinaba en dichos personajes.
La organización estuvo a cargo de cinco motoqueros que corrían en la ruta 5 hasta que ocurrió un siniestro en octubre pasado cuando uno de ellos perdió un brazo. A partir de ahí decidieron cambiar el rumbo y apostaron a las picadas organizadas. Los encargados son Ramón Melo, Ignacio Martínez, Carlos Capelli, Nicasio Cabrera y Luciano Feo, éste último quien perdiera el brazo durante una picada. (foto). Todos se contactaron con el locutor Javier Silva en su programa de FM para comenzar la movida y posteriores reuniones con autoridades locales.
El objetivo es erradicar las picadas de las rutas y conseguir una pista de 700 metros para hacerlas. Ayer comenzó la carrera hacia esa meta.
La actividad comenzó pasada la hora 10.00 cuando comenzaron a arrimarse los primeros motociclistas. Una hora y media más tarde iniciaron los ensayos en la pista para que los motociclistas puedan adaptarse a la pista. Sobre las 14:15 comenzó la primera carrera en la categoría 110 centímetros cúbicos. Finalmente corrieron alrededor de 50 motociclistas y más de 1000 personas se acercaron a verlos. Inclusive hubo un par de corredores de Rivera y Melo.
Previo al inicio de las competencias cada uno de los motoqueros pasó por una inspección donde se le solicitaba al conductor que probara los frenos y para correr debieron usar casco protector.
Además cada competidor firmó una planilla donde constaba que se hacían responsables de sus actos. “La inscripción fue por categoría, por cilindrada y no tuvo costo, solo se paga una entrada de $40 y se les pide libreta de conducir, casco y que sean mayores de edad”, informó uno de los organizadores Ignacio Martínez.
“El objetivo nuestro es demostrar que las picadas se pueden hacer correctamente y así lograr la promesa que nos hicieron de una pista más larga para el futuro”, dijo Martínez. Los motociclistas reclaman una pista de 700 metros, actualmente corren en una de 250 metros y la intendencia habría prometido la misma si erradican las picadas de las rutas y la ciudad.
“Lo que les pido a los que ahora corren en la ruta que nos apoyen, porque hacerlo allí es un peligro, nosotros queremos que corran con seguridad y que no generen peligro para terceras personas, ni tampoco ruidos molestos con los caños de escape libres”, sostuvo Martínez.
“Si todo sale bien, la pista va a salir, de lo contrario tránsito va a tomar medidas y no vamos a poder seguir corriendo”, indicó
Nicasio Cabrera otro de los organizadores también se refirió al objetivo de lograr una pista adecuada. “Las picadas las hacemos para llegar a un acuerdo con la intendencia y así lograr obtener una pista de 700 metros”. Nosotros somos todos corredores natos y lo hemos hecho en las rutas arriesgando nuestras vidas”, indicó Cabrera.
Sin embargo un grupo de motociclistas continúan con intenciones de correr en la ruta y eso preocupa a los organizadores en busca de su objetivo. “Los corredores viejos estamos tranquilos, pero hay gente nueva que no tiene mucha noción y siguen corriendo en la ruta y a ellos le estamos pidiendo que colaboren con nosotros y con la población”, manifestó.
Carlos Capelli otro integrante del grupo organizador solicitó a los corredores de la ruta a que abandonen dicha conducta para conseguir la pista propia. “La idea es sacar a los pibes de la ruta y que nos acompañen para lograr tener la pista para competir los fines de semana”, resaltó.
Ramón Melo, integrante de la organización dijo que si no se consigue la pista adecuada va a ser difícil lograr el objetivo de erradicar las picadas de la ruta. “El objetivo es la pista de 700 metros con luz artificial, porque no es sencillo sacar una modalidad nocturna como lo son las picadas a la luz del día”, señaló Melo.
“Estamos hablando con los chicos para sacarlos de la ruta, porque sufrimos muchas críticas que son ciertas y respetables, pero queremos demostrarles que correr así es seguro para lograr tener nuestra pista”, dijo Melo.
“Nos costó mucho conseguir el apoyo de la intendencia, pero hoy demostramos que somos capaces de organizarnos para sacar las picadas de las rutas”, indicó.
Accidentado durante picada
La idea de implementar las picadas en un lugar seguro surgió luego de que en octubre del 2009 Luciano Feo perdiera un brazo durante una picada de moto en la ruta 5 al chocar frontalmente contra otro corredor que perdió una mano.
Hoy, Luciano es otro de los integrantes de la organización del evento. “La idea de hacer estas picadas legales es para que no pase lo que me ocurrió a mí, que no haya accidentes en la ruta”, informó Feo.
“Del accidente no me acuerdo de nada, me desperté una semana después del mismo y por suerte tuve el apoyo de mis compañeros que no corrieron más en la ruta”, dijo.
“Lo que si me acuerdo es que largamos la penca con luz apagada y choqué con otra de frente”, indicó.
“Los chicos que hoy corren en la ruta son principiantes, los viejos no corremos más”, manifestó.
Apedreas
Sobre las pedreas sobre las autoridades fiscalizadoras del tránsito, Feo indicó que no son ellos los que propinaron esos ademanes. “Los que tiran piedras son muchachos jóvenes que se juntan en el monumento a Carlos Gardel sobre la ruta 5, no somos los motoqueros lo que tiramos piedras”, manifestó.
Ausentes: faltaron a la cita los inspectores de tránsito de la intendencia de Tacuarembó que iban a estar a cargo del control de la entrada y salida de vehículos al Parque Batlle. Además algunos de ellos iban a actuar como veedores y no lo hicieron. Según fuentes argumentaron que no los dejaron ingresar al Parque Batlle e iban a patrullar en los alrededores. No se los vio. Si estuvieron mirando desde lejos el Director General de Tránsito, Jorge Ferrari y el Director de Tránsito, Roberto Sánchez.
Llanero solitario: el director de Deportes de la intendencia, Jorge Castelli, quien además es dirigente de la Asociación de Volantes fue la única autoridad que se arrimó a las competencias. Estuvo siempre trabajando y colaborando con la organización. Aconsejó durante todo el día para que la seguridad fuera un éxito, colocó las banderas, los conos y demarcó la pista.
“Primero realizamos los ensayos libres donde se les exigió el uso del casco obligatorio y una revisión de frenos. Las carreras fueron de 250 metros con un frenaje de 70 metros”, indicó Castelli.
Policía: la intendencia contrató servicio 222 de la policía. El mismo constó de un policía ubicado en la entrada al evento a más de 200 metros de la pista.
Bomberos: un solo funcionario de bomberos estuvo durante las picadas.
Ambulancia: tal como estaba acordado si estuvo una ambulancia de la emergencia móvil SEMMT.
Los que picaron
Finalmente fueron pocos los corredores, pero los organizadores están seguros que de apoco se van a acercar. Muchos las vieron desde afuera.
Diego Costa uno de los participantes dijo que fue a correr para apoyar a sus compañeros de ruta. “Vengo a correr para apoyar a la barra de los fierros y chivear un poco porque yo ahora no corro más en la ruta, antes si lo hacía, pero decidí apostar a esto”, indicó Costa.
“A los que corren en la ruta le digo que no lo hagan sin pensar, les puede costar la vida”, manifestó.
Otro de los picadores fue Freddy Díaz que corrió en su Yumbo 125. “Yo vengo porque me gusta, y antes de correr en la ruta prefiero venir a divertirme acá”, indicó.