miércoles, 23 de julio de 2008

La sociedad, ¿mi casa o mi calabozo?

Escribe: Gonzalo Irazoqui - Partido Nacional

Desde la diversidad social reinante he ido proponiendo una re-visión de la relación joven-adulto. De ahí resalto nuevamente la importancia del “re” posicionar desde la visión adulta a los jóvenes, sin con esto aliviar a los “muchachos y muchachas” de su cuota de responsabilidad.
El objetivo es traspasar los clásicos y cotidianos juicios de valor que esgrimimos la mayoría adulta para eludir las responsabilidades que a cada uno compete al respecto de integrarnos generacionalmente. El planteo para nada es exclusivo, en cuanto a grados de verdad y cerrado, en cuanto a enfoques diversos que usted le pueda dar. Ahora, más allá de esta aceptación a priori de otros enfoques, resalto la tolerancia como la actitud necesaria y más favorable a adoptar para conquistar la convivencia entre nosotros, seres integrantes de una misma sociedad. Ahí esta el verdadero valor en el enfoque revisionista que le demos al tema. Así como en anteriores notas planteaba la importancia que existe en cuestionarnos más que en el responder, así ahora me sirvo de la práctica de la tolerancia más que en llegar a la concreción de un enfoque exitista del tema. Para estos casos no hay derecho de autor que valga, por lo tanto la alternativa de solución también goza de la diversidad reinante.
Convengamos que oponer resistencia desde la propia opinión, a total despecho de razones que nuestro interlocutor plantea en nuestra contra, es una manifestación de dureza y rigidez. Deberían sonar algunas alarmas cuando alguien expresa “la cosa es así, porque así me parece a mí” o similares pronunciaciones como “soy así y no me van a cambiar”. Pero bueno, las alarmas están para cosas más importantes como nuestra casa, el auto o la moto; no vale la pena utilizarlas en estas cuestiones.
Es la tolerancia en el diálogo que se transforma en la clave del proceso socializante para los jóvenes. Acordemos que diálogo es una razón que transcurre entre dos personas, algo que se discute, una idea que esta en juego, una confrontación de ideas y opiniones. Quizás si sobra alguna alarma convendría colocarla cuando escuchamos “termina de hablar que así empiezo yo”, diálogo no es hablar sucesivamente uno y el otro. Intercambiar frases es conversar, pero no dialogar. Es la práctica de la tolerancia en el diálogo la que les irá favoreciendo en el desarrollo integral a los jóvenes como personas. Lo dejo claramente escrito para que me corrijan, la educación en valores emerge no de los discursos del padre, madre o tutor (como expresa el carné de calificaciones) sino de sus conductas, de su ser modelos para los más jóvenes. Los valores corren como la sangre por el cuerpo dentro de las costumbres. Su práctica es vital. Y en esto no es válida para la postura adulta los “no sabe, no contesta”, ya que en la práctica siempre nos expresamos y somos modelos a copiar o rechazar.
Entonces yo, tengo tiempo para escuchar?, permito que el joven se exprese al dialogar?. Qué grado de tolerancia me permito ante los diferentes enfoques que plantean los jóvenes?. Integro el aporte por ellos planteado?.
El ser humano es todo lo que puede ser y lo que puede hacer, en concordancia con la educación que posea. El compromiso es hacer socialmente posible la coexistencia de principios diversos. Hacer de nuestra sociedad el hogar para los jóvenes, obsérvese que no integro en el planteo necesidad alguna de rubros económicos o puestos laborales que otorguen un futuro promisorio.
En estos días al respecto de las maras de Centroamérica, concretamente son grupos con diversos grados de organización que están formados por jóvenes sanguinarios que no respetan el valor a la vida y que desbordan el accionar de la fuerza pública, he observado con atención una exposición de fotografías captadas en las cárceles. También he leído en diversos medios artículos informativos, y hasta me lo han planteado como un futuro social amenazante si no reaccionamos a tiempo en nuestro país. Ahora, porque al lado de cada fotografía del joven centroamericano encarcelado no colocamos una del padre, madre o tutor modelo que fue utilizado?. Porqué tenemos que darle todo el éxito de su condición a ese joven?, ha llegado a ser modelo de una sesión de fotografía y es tema de varios artículos de prensa; porqué no darle a su adulto modelo parte de esa fama que ha adquirido?.
Es la práctica cotidiana y real de la tolerancia en el diálogo intergeneracional que en este sentido se transforma en la clave del proceso socializante para los jóvenes. La diversidad observada como variedad, como desemejanza, como diferencia, es considerada como problema para la mayoría adulta. Para otros nos significa parte de la solución. Pero no de la sociedad calabozo para los jóvenes, sino de la sociedad hogar.

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