miércoles, 9 de julio de 2008

Generar oportunidades y creer en nosotros mismos

Escribe: Diputado Julio Cardozo
Cotidianamente escuchamos menciones al País Productivo, sin embargo, casi que la totalidad de los anuncios a ese respecto nunca trascienden de esa fase.
Las medidas de estímulo a la producción nacional escasamente llegan a transformarse en realidad. Y más aún, muchas veces se opta por recurrir al exterior para solucionar asuntos que podrían resolverse con mano de obra nacional. En el fondo de todo el asunto entendemos existe una especia de creencia bastante generalizada –incluso en la órbita estatal- que todo lo hecho “afuera” es mejor, o que aquí en Uruguay no existen las condiciones humanas o técnicas para muchos emprendimientos.
Muchas veces nos falla la confianza en nosotros mismos.
A modo de ejemplo podemos señalar el caso de los módulos carcelarios. Los mismos fueron importados cuando podrían haber sido construidos en nuestro país. En aquel momento se argumentó que los tiempos de construcción que le insumía a la industria nacional eran excesivos para las necesidades de la Administración, sin embargo la empresa extranjera entregó los módulos con 6 meses de retraso.
Un ejemplo más reciente es la importación de garrafas de supergas. Luego de la escasez de envases por falta de previsión de las autoridades el año pasado, este año el Directorio de ANCAP a través del Ministerio de Industria, Energía y Minería autorizaron la importación de envases –garrafas de 13 Kg.-. Existía en nuestro país mano de obra perfectamente capacitada para esa tarea, sin embargo se optó por importar. En toda la Administración Central los extintores de incendio son de fabricación brasileña o argentina. En esta área también existe capacidad logística y humana para fabricarlos.
Con esto queremos señalar la existencia de una cadena de insensatez que no arranca en este gobierno, pero que tampoco ha cesado con él.
Se sigue priorizando la importación de numerosas materias y en varias ramas de la industria que podrían ser operadas por trabajadores nacionales.
Más allá de una cuestión de confianza en lo nacional, no podemos desconocer otra faceta de este asunto. Se trata de la faceta económica.
Ante cada importación las arcas del Estado se reportan importantes ingresos, cada artículo importado supone que la Administración se cobre impuestos en forma automática. A mayor cantidad de importaciones, mayores ingresos para el Estado. Este enfoque no puede desconocerse cuando observamos que a igualdad de oportunidades de producción entre la industria nacional y la extranjera se opta por recurrir a la importación.

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