lunes, 11 de agosto de 2008

LA REFORMA REFORMADA

Escribe: Diputado Julio Cardozo

Por estos días, luego de “aprobadas” las modificaciones sugeridas por el equipo económico tanto por el Consejo de Ministros como por la Bancada Parlamentaria oficialista, el parlamento ratificará tardíos cambios en la Reforma Tributaria. Señalamos que son tardíos porque desde la Oposición –y también por los socios del gobierno, el PIT CNT - se reclamó que el monto no imponible fuera mas alto y que fuera mayor el número de deducciones, ya en el momento de “discutirse” en el parlamento este instrumento fiscal hace un año. A todos estos cambios se opuso el equipo del Ministro Astori, afirmado sobre la base del equilibrio fiscal.
Aparentemente, luego de un año de aprobada la reforma, el equilibrio puede romperse y el gobierno realiza una “renuncia fiscal” de 100 millones de dólares.
Estas modificaciones nos merecen una serie de puntualizaciones. En primer lugar esta supuesta adecuación del espacio fiscal como acostumbra llamar el Ministro Astori al gasto público, supone un reconocimiento, hace un año el gobierno viene recaudando 100 millones de dólares más de lo necesario. De lo contrario no sería posible hacer esta “renuncia”. El gobierno –el Ministro- en vísperas de iniciar la carrera electoral libera 100 millones de dólares; algo similar ocurrió con el IRPF a las jubilaciones, en momento de derogar el impuesto a consecuencia de la andanada de sentencias de inconstitucionalidad, el gobierno admitió que con la mencionada derogación perdía casi la mitad de la recaudación. Allí se evidenciaba que los jubilados pagaban el doble de lo que realmente debían pagar. De no ser así las finanzas públicas estarían absolutamente desfinanciadas.
En segundo lugar debe consignarse que esta reforma ha castigado severamente a trabajadores asalariados, jubilados y trabajadores independientes. Castigó a la clase media, esa que fue tradicionalmente pilar de nuestra sociedad.
Por concepto de rentas del trabajo el Impuesto va a recaudar en el presente año alrededor de USD 600 millones, en tanto por rentas del capital alrededor de USD 75 millones.
Esto no coincide en nada con el discurso tradicional del Frente Amplio. Han quedado atrás las críticas al Impuesto a las Retribuciones Personales, sus anuncios de derogación, de que había que gravar el capital especulativo, etc, etc. La composición de la recaudación del Impuesto a la Renta demuestra con total claridad la divergencia entre el discurso y los resultados.
El Partido Nacional planteó en su programa único de cara a las elecciones de 2004 un Impuesto a la Renta basado en la Renta Neta –diferencia entre ingresos y gastos necesarios para generarla-, mientras que el actual se basa en la Renta Bruta, que equivale a los ingresos. En ella se planteaba un mínimo no imponible de $ 25.000 de aquel 2004, cifra que hoy se ubica muy por encima de los $ 30.000. En el esquema del Gobierno se admite como deducción exclusivamente un ficto por gastos en educación en tanto la propuesta nacionalista al hablar de Renta Neta incluye salud, así como también educación, transporte, vivienda, pago de préstamos hipotecarios, entre otras.
En definitiva, con esta reforma se castiga al trabajo, el que más trabaja paga más.
Resultan bienvenidas las modificaciones a la reforma, aún siendo tardías, ya que constituyen un alivio para los contribuyentes, pero no debe dejar de señalarse que están teñidas de un tinte electoralista.
Las diferencias entre la propuesta tributaria del Partido Nacional y esta son claras. El nuestro era un verdadero impuesto a la Renta y este es una versión ampliada del IRP.

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